Entrevista a Víctor Molero director académico de ISDI

 

En vuestra web afirmáis que “la educación digital es la clave”, ¿y es esta la que nos lleva a la innovación, al emprendimiento y a que cada vez haya más start-ups?

El punto de partida es que actualmente estamos en un cambio constante y aceleradísimo. El cambio en el mundo ha estado presente siempre, pero la evolución de la tecnología hace que el ritmo de cambio, el ritmo de transformación sea extraordinario y sin precedentes hasta ahora. En un mundo que es constantemente cambiante, las personas, para sus vidas personales y también en calidad de profesionales, tienen que estar en una adecuación y adaptación a las circunstancias que están emergiendo permanentemente. Y eso en lo que se traduce en herramientas, en instrumentos, en prácticas que llevan asociados conceptos. Y eso te lo puede proporcionar procesos educativos que cuenten con la agilidad y celeridad para transmitir, por una parte conocimientos, y para desarrollar, por otra parte, habilidades.

Fíjate que, a nivel personal, tú y yo estamos utilizando frecuentemente WhatsApp y esta entrevista la estamos teniendo por teléfono pero quizás la hubiésemos podido tener por Skype, o por Meet que es todavía más reciente o hubiésemos podido estar utilizando alguna herramienta como un Slack, por ejemplo, para compartir ficheros o mensajes, o lo que sea. La aparición de nuevas soluciones y de nuevas prácticas exige estar permanentemente al día. De ahí que, lo que antes era un proceso educativo básico, hoy en día se ha transformado en el concepto del  Life-long learning; es decir, que la educación es una condición del ser humano para toda la vida, tanto más, necesaria cuanto más rápido es el proceso de cambio de la sociedad y del mundo en el que vivimos.

¿Y esta educación, unida a la innovación, puede solucionar la brecha digital?

Esto es un gran problema. La brecha digital la generan dos brechas: la económica, que empieza a distinguir a quienes están conectados de quienes no están conectados, y luego hay una brecha mental que es la de toda esa gente que dice “bueno, esto no va conmigo” o “bueno yo ya a mi edad, no me voy a meter en esto”; es decir, es el coste de la adquisición de un conocimiento que antes no lo tenías, y probablemente para una persona de 60 años diría, “bueno es que para mí el coste ahora de enterarme de cómo funciona twitter, no me compensa porque mi vida la tengo organizada sin eso”. Pero al fin y al cabo eso son personas que están en situaciones más acomodadas.

Vamos hacia un futuro en el que, lo que hasta ahora han sido diferencias entre ricos y pobres, vendrá definido por diferencias entre gente conectada y gente no conectada. La gente conectada tendrá posibilidades profesionales, de interacción con otros, de sociabilización, mientras que los no conectados serán personas que cada vez estarán más aisladas y en consecuencia con menos oportunidades de todo tipo: personales y profesionales. Por lo tanto, esta educación es fundamental para aliviar esta brecha digital.

 Era digital y emprendimiento, ¿cuál es el factor común?

Si tu padre, y no te quiero contar tu abuelo, hubiese querido emprender, aunque hubiese sido una tiendecita, un pub en el pueblo o en la ciudad, hubiesen tenido que dedicar una gran cantidad de recursos económicos; es decir, hubiesen tenido que hipotecar si no es todo, gran parte del patrimonio familiar para poner en marcha un proyecto de empresa que, de no salirles bien, hubiese supuesto la pérdida de ese patrimonio. En consecuencia, tenían, por así decirlo, muy pocas posibilidades. Podían emprender una vez, no más que una vez, ¡dos como mucho! Porque si no les salía bien se habrían arruinado ellos y a la familia.

Lo bueno que tiene la era digital es que el emprendimiento exige muy bajo coste, puedes emprender con bajo coste, casi, sin casi, desde tu casa con baja inversión y si te sale mal, no estás agotando las posibilidades económicas de la familia. Si tú, ahora, en el entorno digital decides emprender, si te va bien, fenomenal, y si no te va bien no habrás perdido, al contrario, habrás ganado conocimiento y experiencia para un siguiente intento. Esto es de un valor extraordinario. Y en cierta manera es la base del emprendimiento en el contexto digital, de ahí que nunca ha existido en el mundo tanto emprendimiento como hay ahora, a partir de la revolución que ha impulsado internet

La era digital es oportunidad, ¿pero también puede ser fracaso?

Siempre que hay oportunidad hay fracaso. Lo que pasa es que esto que nos enseñaron en los colegios de que la mente funciona por ensayo-error es mentira; nos engañaron. La mente humana no entiende el concepto de error, la mente humana entiende el concepto de aprendizaje. Tú ensayas y con el resultado, aprendes, sea bueno, malo o regular. Aprendes. Por lo tanto, cuanto más ensayas, más aprendes. Sería ensayo-aprendizaje, porque cada vez sabes más.

Lo mismo pasa en el contexto del emprendimiento, tú haces un intento, ¿te va mal? Bueno, pero has salido ganando, has ganado conocimiento con el que tener más posibilidades en el siguiente intento con otra compañía de otra naturaleza. Porque antes si te iba mal, habías aprendido mucho, pero ya no tenías posibilidad de volver a intentarlo, porque los costes de inversión de volver a poner en marcha una iniciativa eran elevados. Ahora en el entorno digital los costes son bajos, quizás la inversión más importante que tengas que hacer sea en conocimiento, en tu propia formación para saber por dónde empezar.

¿La transformación digital es la base actual de la transformación social?

El compromiso social, la intención de mejorar la calidad de vida de las personas, de igual forma es propulsada, o digamos acelerada, por la aparición de la tecnología. Piensa que antes, una persona que viviese en un pueblo remoto, donde llegaba el periódico una vez al mes y tarde, estaba muy desconectada con el mundo y sus posibilidades de participación eran bajas. Hoy hay dispositivos, apps que te las descargas en tu Smartphone pudiéndote comunicar con cualquiera independientemente del lenguaje, incluso teniendo una traducción sonora de los emails o de los WhatsApp que reciba para no tener ni que leerlos. En consecuencia, el desarrollo de la tecnología es un impulsor de la inclusión social de colectivos más desfavorecidos. 

Un ejemplo es change.org, que nos ha demostrado la posibilidad de participación de la sociedad en causas a través de dispositivos tecnológicos, para impulsar reacciones en relación con causas que transforman la sociedad.

 Y después de esta transformación digitocultural, ¿qué es lo próximo que nos encontraremos en cuanto al compromiso social?

Si hace 10 años nos hubiesen preguntado por Youtube, por cualquiera de los cientos de miles de apps que tenemos en los Smartphones o si nos hubiese preguntado por la posibilidad de tener en el teléfono la densidad de tráfico. Si nos hubieran hablado de abrir con el teléfono un coche que está en la calle, conducir con él, siendo este un coche eléctrico, y dejarlo en otro lugar sin tener que sacar dinero y pagando a través del propio dispositivo, nos hubiera parecido ciencia ficción. Hacer ahora una predicción es nuevamente adentrarnos en el terreno de la ciencia ficción. De momento, lo que sí podemos vislumbrar es que la tecnología va a ser móvil y la vamos a tener encima, integrada en nuestro cuerpo de alguna manera. También está claro que va a haber cada vez más robots en nuestro entorno cotidiano, ya hay muchísimos, pero no nos damos cuenta. Y la proliferación de los robots en nuestro entorno va a cambiar nuestra forma de vivir. Los coches autoconducidos, los drones… todo esto va a presentar una realidad completamente diferente. La tecnología del blockchain va a modificar radicalmente los procesos de autentificación y de identificación de los individuos. Sistema de identificación como el carnet de identidad o el pasaporte desaparecerán, probablemente sean reemplazados por tecnologías como el blockchain. Y el Internet of things que supone una grandísima revolución combinado con la expansión de los sensores incorporados con cualquier tipo de objeto que esté a nuestro alrededor, sea tecnológico o no. Tu camisa, tus zapatos, la tostadora de tu casa, van a tener sensores, capaces de generar y transmitir información para una motorización permanente. Y luego por supuesto la inteligencia artificial, un enorme campo de impacto en los próximos años que  va a desencadenar transformaciones de una enorme transcendencia en la subsistencia cotidiana del ser humano.

 ¿Qué papel crees que tienen premios como los Premios G5 Innova en el desarrollo?

Todo lo que se haga para estimular la conciencia encaminada hacia los colectivos desfavorecidos, todo lo que se haga para estimular la participación y, muy importante, todo lo que se haga para espolear la investigación en estos ámbitos me parece que es poco, porque la sociedad avanza en una dirección que puede ser tremendamente dedicada. Explico. En el momento en el que tú te puedes sustituir tu brazo izquierdo, no por accidente, sino porque lo decidas, por un brazo biónico que tenga la misma o mayor destreza que tu brazo derecho, o incluso mucha más fuerza, probablemente decidas hacerlo. Pero ese brazo biónico que tú te implantes, solamente podrás hacerlo si dispones de los recursos económicos necesarios. Y esto en un futuro, o quizás desde ahora, plantee dos tipos de humanos: unos enriquecidos tecnológicamente y otros menos enriquecidos. Si desde ya no se empieza a estimular la sensibilización para aliviar las diferencias entre quienes están, digamos, impedidos o con menos capacidades que una generalidad, el futuro que se nos pueda presentar más adelante no es demasiado halagador, halagüeño. Este tipo de iniciativas no solo son ricas y positivas, creo que son necesarias.

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